La Legislatura de Buenos Aires proclamó a Juan Manuel de Rosas como Gobernador de Buenos Aires el 6 de diciembre de 1829, honrándolo además con el título de "Restaurador de las Leyes e Instituciones de la Provincia de Buenos Aires" y en el mismo acto le otorgó "todas las facultades ordinarias y extraordinarias que creyera necesarias, hasta la reunión de una nueva legislatura". No era algo excepcional: las facultades extraordinarias ya les habían sido conferidas a Manuel de Sarratea y a Rodríguez en 1820, y a los gobernadores de muchas otras provincias en los últimos años; también Viamonte las había tenido.
El mismo día en que juró su cargo, declaró al diplomático uruguayo Santiago Vázquez:
Creen que soy federal; no señor, no soy de partido alguno sino de la Patria... En fin, todo lo que yo quiero es evitar males y restablecer las instituciones, pero siento que me hayan traído a este puesto.
Lo primero que hizo Rosas fue realizar un extraordinario funeral, trayendo los restos de Dorrego a la capital; con eso se captó la voluntad de los seguidores del fallecido líder del partido federal, sumando automáticamente el apoyo del pueblo humilde de la capital al que ya tenía de la población rural.
Para ganar apoyo político pronunció su frase en 1829, que resumiría toda su plataforma política, sus objetivos claramente nacionalistas y autoritarios y la esperanza de un gobierno largo.
El General Rosas es unitario por principio, pero que la experiencia le ha hecho conocer que es imposible adoptar en el día tal sistema porque las provincias lo contradicen, y las masas en general lo detestan, pues al fin sólo es mudar de nombre.
jueves, 18 de abril de 2013
El Rosismo 1º Gobierno
4:07
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