Lucio Victorio Mansilla, periodista, escritor, militar y diplomático, con una de las vidas más novelescas de la historia argentina, nació en Buenos Aires el 23 de diciembre de 1831, fueron sus padres el general Lucio Mansilla y doña Agustina Rosas, hermana del "Restaurador", conocida como "la belleza de la federación". Siendo un adolescente sus padres lo enviaron de viaje para alejarlo de "unos amores que la prudencia no veía con buenos ojos". Estuvo en la India, Egipto, Turquía, Italia, Francia e Inglaterra. El pronunciamiento de Urquiza en 1851 lo obligó a regresar apresuradamente al país. Tenía apenas 20 años.
El 17 de septiembre de 1861, intervino en la batalla de Pavón lo que le valió la designación como Capitán de Línea y un destino militar: el pueblo de Rojas en la provincia de Buenos Aires. Allí escribió Reglamento para el ejercicio y maniobras del Ejército Argentino y para la Revista de Buenos Aires sus Recuerdos de Egipto.
En mayo de 1864, subió a escena en el Teatro Victoria de Buenos Aires su obra Una venganza africana, un melodrama romántico, y en octubre de ese año se estrenó su comedia Una Tía.
En 1868, al finalizar la presidencia de Mitre, apoyó entusiastamente la candidatura de Sarmiento quien lo premió designándolo como coronel y Comandante de Fronteras en Río IV provincia de Córdoba. Allí realizó su campaña contra los aborígenes que quedará inmortalizada en su obra Una excursión a los indios ranqueles. La obra se publicó en entregas en el diario La Tribuna a lo largo de 1870. Cinco años más tarde sería galardonada con el primer premio del Congreso Geográfico Internacional de París.
En 1876, fue electo diputado. Permaneció en su banca durante un año, pero su espíritu inquieto lo llevó a solicitarle a su amigo Avellaneda la gobernación del Chaco. ¿Por qué el Chaco? Mansilla tenía informaciones sobre importantes yacimientos de oro en el Paraguay. Formó junto a un grupo de amigos una empresa, e intentó manejar sus negocios auríferos desde la gobernación más cercana. El proyecto fue todo un fracaso y Mansilla, decepcionado, vendió sus acciones, renunció a la gobernación y se marchó a Europa, donde permaneció hasta 1880 cuando regresó para apoyar la candidatura presidencial de Julio A. Roca. A poco de llegar se enfrentó a duelo de pistolas con un contrincante político, Pantaleón Gómez, a quien mató de un balazo al corazón. A poco de asumir, Roca envió a Mansilla a Europa para promover la inmigración y en una misión militar secreta.
En 1894, después de varias decepciones políticas, Mansilla se volcó a la literatura y escribió una de sus obras más memorables: Retratos y recuerdos, prologada por el general Roca. Al año siguiente partió nuevamente a Europa, comisionado para estudiar la organización militar de varios países. Allí morirá su mujer a los sesenta y un años. A partir de entonces realizará innumerables viajes, generalmente vinculados a misiones diplomáticas.
En 1900, fue nombrado ministro plenipotenciario ante las cortes de Alemania, Austria-Hungría y Rusia. La tarea diplomática no lo alejó del periodismo, colaborando con frecuencia con El Diario de Buenos Aires.
En 1903, publica En vísperas, un ensayo sociológico sobre la Argentina, y en 1904 Mis Memorias y Rosas, una excelente biografía de su tío a la que subtitula como "ensayo psicológico-histórico-político".
A partir de 1906, se radicó en París. Frecuentaba la Sorbona y seguía siendo un lector atento e incansable. Murió poco antes de cumplir los 82 años en su departamento de la Rue Víctor Hugo, el 8 de octubre de 1913. Los diarios de Buenos Aires le dedicaron extensas necrológicas y Le Figaró de París le dedicó una de sus páginas.
Fuente
jueves, 22 de agosto de 2013
Lucio Victorio Mansilla
4:35
No comments
Estatua de Mansilla en Río Cuarto
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario