jueves, 17 de octubre de 2013

Teatro Colon



El Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires es considerado uno de los mejores teatros del mundo. Reconocido por su acústica y por el valor artístico de su construcción, cumplió 100 años en 2008.

El actual edificio está emplazado entre Cerrito, Viamonte, Tucumán y Libertad, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, y fue inaugurado el 25 de mayo de 1908 con la ópera Aida de Giuseppe Verdi. Este edificio reemplaza al antiguo Teatro Colón, erigido en la manzana que ocupa hoy el Banco Nación, frente a la Plaza de Mayo, y que funcionó entre 1857 y 1888.



La construcción del nuevo edificio llevó alrededor de 20 años, siendo colocada su piedra fundamental el 25 de mayo de 1890, con la intención de inaugurarlo antes del 12 de octubre de 1892 en coincidencia con el cuarto centenario del descubrimiento de América. El proyecto inicial fue del arquitecto Francesco Tamburini quien, a su muerte en 1891, fue continuado y modificado por su socio, el arquitecto Víctor Meano, autor del palacio del Congreso Argentino. Las obras avanzaron hasta 1894, pero se estancaron luego por cuestiones financieras. En 1904, Meano fue asesinado en su casa y el gobierno encargó al belga Jules Dormal que termine la obra. Dormal introdujo algunas modificaciones estructurales y dejó definitivamente impreso su sello en el estilo francés de la decoración.

A fines de 1907 se firmó el primer contrato de arrendamiento del Teatro Colón, aunque los trabajos de terminación del edificio estaban atrasados en relación con la fecha fijada para la inauguración de la sala, el 25 de mayo de 1908. De todas maneras, en esa fecha se llegó a realizar la primera función en la sala principal del Teatro Colón a cargo de la Gran Compañía Lírica Italiana con la ópera Aida de Giuseppe Verdi, aunque con algunas dependencias del edificio inconclusas como el Salón Dorado y las marquesinas de hierro sobre las calles Libertad y Cerrito.
El edificio, en un estilo ecléctico propio de principios del siglo XX, abarca 8.202 metros cuadrados, de los cuales 5.006 corresponden al edificio central y 3.196 a dependencias bajo nivel del pasaje Arturo Toscanini (aledaño al edificio del teatro, paralelo a la calle Viamonte). La superficie total cubierta del edificio antiguo es de 37.884 metros cuadrados. Las ampliaciones realizadas posteriormente, sobre todo las de finales de la década de 1960 (arquitecto Mario Roberto Álvarez), sumaron 12.000 metros cuadrados, llevando la superficie total del Teato Colón a 58.000 metros cuadrados.

La sala principal, en forma de herradura, cumple con las normas más severas del teatro clásico italiano y francés. La planta está bordeada de palcos hasta el tercer piso. La herradura tiene 29,25 metros de diámetro menor, 32,65 metros de diámetro mayor y 28 metros de altura. Tiene una capacidad total de 2.478 localidades, pero también pueden presenciar los espectáculos alrededor de 500 personas de pie. La cúpula, de 318 metros cuadrados, poseía pinturas de Marcel Jambon, que se deterioraron en los años treinta. En la década de 1970 se decidió pintar nuevamente la cúpula y el trabajo le fue encargado al pintor argentino Raúl Soldi.

El escenario posee una inclinación de tres centímetros por metro y tiene 35,25 metros de ancho por 34,50 de profundidad, y 48 metros de altura. Posee un disco giratorio de 20,30 metros de diámetro que puede accionarse eléctricamente para girar en cualquier sentido y cambiar rápidamente las escenas. En 1988, se realizaron trabajos de modernización de la maquinaria escénica en el sector de las parrillas, con el fin de facilitar el manejo de los decorados y agilizar los cambios de escena.

El foso de la orquesta posee una capacidad para 120 músicos. Está tratado con cámara de resonancia y curvas especiales de reflexión del sonido. Estas condiciones, las proporciones arquitectónicas de la sala y la calidad de los materiales contribuyen a que el Teatro Colón tenga una acústica excepcional, reconocida mundialmente como una de las más perfectas.


Fuente

















RESTAURACIÓN:

La presente etapa del Teatro Colón de Buenos Aires consiste en la intervención de la Sala y constituye una de las obras de mayor importancia entre los trabajos emprendidos para recuperar la plenitud funcional, tecnológica y estética de uno de los principales monumentos arquitectónicos de la República

Argentina y uno de los más notables teatros de ópera del mundo.

La obra de restauración conservativa de la Sala del Teatro Colón plantea, sin dudas, un desafío no habitual en nuestro medio, por la significación cultural y el carácter arquitectónico de del los ambientes a tratar.

Además de sus valores propios, el área a intervenir conforma, junto con el Foyer del Teatro, un núcleo funcional armónico, complejo y de gran calidad ambiental. Además, su posición jerárquica en el edificio, la dimensión y escala de estos espacios interiores y el valioso tratamiento de sus superficies y de su ornamentación, obligan a asignarle a las tareas a realizar un requerimiento de profesionalismo excepcional.


Tres factores, por lo dicho, resultan decisivos: la calidad del edificio y su valor histórico, artístico y patrimonial; la importancia de las nuevas necesidades y posibilidades tecnológicas; y, no menos determinante, el estado de conservación actual del edificio.
La metodología elegida para lograr el objetivo de preservar la calidad acústica del Teatro Colón se dividió en etapas, esta etapa corresponde a las mediciones acústicas de la sala durante su rearmado secuenciado. Febrero y Enero 2010
Última medición acústica en la Sala Principal correspondiente al 31 de Marzo 2010. Esta obra debió ser entregada en los meses previos a las funciones previstas para la programación anual para que los artistas pudieran ensayar directamente en La Sala.
Restauración del anterior telón para frenar su deterioro y poder utilizarlo en ocasiones especiales, Febrero y Enero 2010. El proyecto ha incluido la ejecución de un nuevo telón de boca, de terciopelo ignífugo realizado por el artista plástico Guillermo Kuitca.

Obras principales 

Instalaciones contra Incendio y Seguridad en el Teatro

Gran parte de los teatros líricos del Siglo XIX en Europa, fueron destruidos total o parcialmente por incendios.

Surgieron entonces nuevos esquemas de proyecto para sobrevivir a esos incendios, y ahí aparece la sala con forma de herradura separada de la caja escénica.

En la caja escénica era donde se producían los incendios. En este nuevo esquema, en la caja escénica aparecen el telón cortafuego, el exutorio y el sistema de lluvia para apagar los incendios, el cual surge a fines de 1800.

La reforma tecnológica en seguridad contra incendios, de acuerdo con los cambios de exigencias para los medios de evacuación, era agregar dos grandes cajas de escaleras laterales para los conceptos actuales, que producirían un gran impacto en el partido arquitectónico, o bien adecuar los medios existentes, llevándolos a su concepto original, mejorándolos y teniendo en cuenta las limitaciones de capacidad de la sala. Esta última fue la intervención elegida, y con éxito. Por otra parte, hay que considerar que existen elementos en una sala histórica que no se pueden tocar, por eso se buscaron alternativas que respeten estas limitaciones.

Esta idea fue acompañada con la incorporación de la tecnología actual, mediante la implementación de un Sistema de Control Inteligente de Alarmas de Incendio para todo el edificio, que va a operar desde una sala ubicada en planta baja.

Nuevo cableado del sistema de Iluminación, se remplazo la totalidad del cableado por razones de seguridad eléctrica por Actualización del Sistema de Iluminación Escénica del Teatro Colón (AUTOTROL), Abril, 2010.

Nueva sala de ensayo.
Fuente








Pagina del Diario Clarín.








































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